Cuenta la leyenda que allá por 1323 el Gran Duque Gediminas de Lituania llegó de cacería hasta la confluencia de los ríos Neris y Vilnia. Y fue allí donde soñó con un lobo de hierro que aullaba como si fueran cien. Por lo visto, esa fue la señal para fundar una ciudad que fuese tan poderosa como ese aullido. Esa ciudad es Vilna, la actual capital de la República de Lituania.
Catedral de Vilnaa |
Su historia siempre se ha desarrollado en los límites de dos culturas: polacos por un lado y rusos por otro. Eso la ha convertido en un lugar multinacional y multicultural. Aquí han convivido con más o menos harmonía, además de lituanos, polacos, rusos, bielorrusos, hebreos, alemanes y ucranianos. En otros tiempos se la conocía como ‘la Jerusalén del norte’ porque antes de la primera guerra mundial vivía una de las comunidades judías más importantes de Europa. Entre un 30 y un 40% de los habitantes de la capital eran judíos. En todo el país era más de 200 mil. Los nazis exterminaron al 90%.
Vilnia |
Durante 2009, Vilna tuvo el honor de ser, junto a Linz en Austria, capital europea de la cultura. Una de las ideas principales fue que cada individuo puede ser creador artístico. Rai Michnevicius, director de la oficina de turismo de Lituania en España, nos contó que se construyeron o renovaron 18 espacio culturales de la ciudad y al menos otras 11 infraestructura públicas. El programa también sirvió para desarrollar la oferta turística de la ciudad, para crear una nueva política cultural, para darle una nueva imagen a la ciudad… Además consiguió que sus habitantes se involucrasen en un gran proyecto común en beneficio del país. Su programa de voluntarios fue el primero de esa envergadura en la historia de Lituania. La idea fue, no sólo ofrecer un programa de actividades, sino crear las condiciones necesarias para que cualquiera pueda desarrollar sus habilidades como creador. Vilna quiso también promover el diálogo y la tolerancia en Europa y otras partes del mundo.
Pero la tradición artística y cultural de Vilna se remonta mucho más atrás que 2009. De hecho, algunos la conocen como ‘la Florencia del norte’ o ‘pequeña Praga’. A lo largo del siglo XV se convirtió en una bella ciudad medieval y ha conservado este encanto hasta nuestros días. Alguien dijo también que Vilna ‘es un tesoro para todo aquel que quiera estudiar historia del arte a través de las obras maestras y no en los libros de texto’. De hecho, su centro histórico es patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde 1994.
Cartel a la entrada de Uzupis |
Por otro lado, existe un barrio donde el arte está presente y vivo desde hace mucho tiempo. Es el distrito de Uzupis. Popularmente se conoce como la república de Uzupis y cuenta con su propio ‘presidente’, himno, bandera y constitución. Se puede leer escrita en diversos idiomas en una pared de la calle Paupio. Estos son algunos de sus artículos más peculiares:
- Todo el mundo tiene derecho al agua caliente, calefacción en el invierno y a un techo
- Todo el mundo tiene derecho a morir, pero no es obligatorio
- Todo el mundo tiene derecho a equivocarse
- Todo el mundo tiene derecho a amar
- Todo el mundo tiene derecho a ser amado, pero no necesariamente
- Todo el mundo tiene derecho a ser perezoso
- Todo el mundo tiene derecho a cuidar de un perro hasta que muera uno de los dos
- Todo el mundo tiene derecho a dudar, pero no es obligatorio
- Todo el mundo tiene derecho a ser feliz
- Todo el mundo tiene derecho a ser infeliz
- Todo el mundo tiene derecho a estar en silencio
Angel de Uzupis |
Lo que antes era un barrio peligroso y degradado, se ha convertido en poco más de una década en una más que agradable zona llena de galerías de arte, tiendas de artesanía, cafeterías… Algunos lo comparan con el Montmatre de París. El símbolo de Uzupis es un ángel de la guarda que cuida de sus habitantes desde una de sus plazas. Y en la orilla del río, encontrarás la sirena de Uzupis. Los vecinos organizan originales celebraciones y actos, como el Día del Loco. Cada 1 de abril, todo aquel que quiere entrar en Uzupis ha de sellar su pasaporte. En este lugar nació también la idea de dedicarle un monumento al músico Frank Zappa. Zappa nunca tuvo nada que ver con Lituania. Ni siquiera llegó a visitar el país, pero los lituanos quieren a Zappa (el rey de la irreverencia) y por eso fueron los primeros en el mundo en dedicarle un monumento.
Por cierto, Lituania ya es un lugar más que milenario: fue en 1009 cuando ese nombre apareció por primera vez escrito en un documento.
Arte en Uzupis |
Durante los próximos meses también vas a encontrar otras excusas para visitar Vilna. Por ejemplo, aquí se disputarán algunos de los partidos del Eurobasket 2011 que se celebra en Lituania (31 agosto al 18 de septiembre). En septiembre (del 2 al 4) llegan los “Sostinės Dienos” (‘Días de la Capital ’), una de las mayores fiestas de la ciudad, destinadas a todos los habitantes y visitantes. El programa del festival incluye conciertos que van desde la música clásica y óperas hasta el jazz, el folclore, la música pop, el rock, programas cinematográficos, teatro de calle, show de moda, carnaval, ferias... Y en la segunda mitad de septiembre (del 22 al 25), la Fiesta de Gediminas en honor del fundador de la ciudad de Vilnius, el Gran Duque Gediminas. En octubre (del 12 al 16) llega el festival ‘Vilnius Jazz’.
Pero supongamos que quieres escapar de la ciudad y que también te apetece un poco de playa. En Lituania también es posible porque todo está muy cerca. Este verano es además un buen momento para visitar Klaipeda y sus alrededores. Entre el 18 y el 21 de agosto esta ciudad será la anfitriona de uno de los acontecimientos más espectaculares de la navegación del Báltico: la Regata Cultural de Grandes Veleros 2011. La regata espera ofrecer una amplia variedad de actos culturales y de conciertos junto al glamour de la tradicional regata de Grandes Veleros de 2011. Estos cuatro días serán lo más destacado del verano en Klaipėda.
Rincón en Klaipeda |
Klaipeda es la ciudad más antigua de Lituania, establecida en 1252. Desde tiempos históricos la ciudad fue el centro de la Pequeña Lituania , una región alrededor de Klaipeda que durante más de 600 años perteneció a Prusia y Alemania. Además, durante las guerras napoleónicas, durante un corto periodo, Klaipeda fue la capital de Prusia. Después de la I Guerra Mundial la ciudad estuvo bajo dominio francés hasta la revuelta de 1923, cuando la Pequeña Lituania se unió a la Gran Lituania. A través de los siglos, no sólo alemanes, lituanos y rusos, sino también holandeses, escoceses, ingleses y muchas más nacionalidades han considerado a Klaipeda su casa.
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Puerto de Klaipeda |